El cáncer de pulmón es un tipo de cáncer que comienza en los pulmones. Los pulmones son dos órganos esponjosos ubicados en el tórax que toman oxígeno cuando inhalas y liberan dióxido de carbono cuando exhalas.
El cáncer de pulmón se cobra más vidas por año que todos los cánceres de colon, próstata, ovario y mama juntos.
Las personas que fuman corren un mayor riesgo de padecer cáncer de pulmón, aunque es posible que aquellas que nunca hayan fumado también tengan este cáncer. Este aumenta con la cantidad de cigarrillos y la cantidad de tiempo que hayas fumado. Si dejas de fumar, incluso después de haber fumado durante muchos años, puedes disminuir de manera significativa las posibilidades de padecer cáncer de pulmón.
Síntomas
El cáncer de pulmón en general no produce signos ni síntomas en los estadios más tempranos. Los signos y síntomas del cáncer de pulmón generalmente se presentan solo cuando la enfermedad está avanzada.
Los signos y síntomas del cáncer de pulmón pueden ser:
Una tos reciente que no se va
Tos con sangre, incluso en pequeñas cantidades
Falta de aire
Dolor en el pecho
Ronquera
Adelgazamiento sin proponértelo
Dolor en los huesos
Dolor de cabeza
Cuándo consultar al médico
Pide una consulta con el médico si tienes síntomas o signos persistentes que te preocupen.
Si fumas y no lograste dejar el hábito, pide una consulta con el médico. El médico puede recomendarte estrategias para dejar de fumar, como terapia, medicamentos y sustitutos de la nicotina.
Causas
El tabaquismo causa la mayoría de los casos de cáncer de pulmón, tanto en fumadores directos como en el humo de segunda mano. Sin embargo, el cáncer de pulmón también se presenta en personas que nunca fumaron y en quienes nunca tuvieron una exposición prolongada al humo de segunda mano. En esos casos, tal vez, no haya una causa evidente del cáncer de pulmón.
¿De qué manera el tabaquismo provoca cáncer de pulmón?
Los médicos creen que el tabaco provoca cáncer de pulmón al dañar las células que recubren los pulmones. Cuando inhalas el humo del cigarrillo, que está lleno de sustancias que producen cáncer (carcinógenos), se producen alteraciones en el tejido del pulmón casi de inmediato.
Al principio, el organismo puede reparar ese daño. No obstante, con cada exposición reiterada, las células normales que recubren los pulmones presentan un daño cada vez mayor. Con el tiempo, ese daño hace que las células comiencen a actuar de manera anormal y, finalmente, se puede producir el cáncer.
Tipos de cáncer de pulmón
Los médicos dividen el cáncer de pulmón en dos tipos principales en función del aspecto de las células cancerosas del pulmón vistas en el microscopio. Tu médico toma decisiones según cuál sea el tipo de cáncer de pulmón que tengas.
Los dos tipos usuales de cáncer de pulmón son:
Cáncer de pulmón de células pequeñas. El cáncer de pulmón de células pequeñas se presenta casi exclusivamente en las personas que fuman mucho y es menos frecuente que el cáncer de pulmón de células no pequeñas.
Cáncer de pulmón de células no pequeñas. «Cáncer de pulmón de células no pequeñas» es un término genérico que se usa para denominar varios tipos de cáncer de pulmón que se comportan de manera parecida. Los tipos de cáncer de pulmón de células no pequeñas comprenden el carcinoma epidermoide, el adenocarcinoma y el carcinoma de células grandes.
Factores de riesgo
Hay varios factores que pueden aumentar el riesgo de cáncer de pulmón. Algunos factores se pueden controlar, por ejemplo, dejar de fumar. Sin embargo, otros factores no se pueden controlar, como los antecedentes familiares.
Los factores de riesgo de cáncer de pulmón comprenden los siguientes:
Tabaquismo. El riesgo de cáncer de pulmón aumenta con la cantidad de cigarrillos que fumes por día y la cantidad de años que hayas fumado. Dejar de fumar a cualquier edad puede disminuir considerablemente el riesgo de padecer cáncer de pulmón.
Exposición al humo de segunda mano. Incluso si no fumas, el riesgo de cáncer de pulmón aumenta si estás expuesto al humo de segunda mano.
Exposición al gas radón. El radón se produce por la descomposición natural del uranio en el suelo, las rocas y el agua y, con el tiempo, se vuelve parte del aire que respiras. Los niveles peligrosos de radón se pueden acumular en cualquier edificio, incluso en los hogares.
Exposición al asbesto y a otros carcinógenos. La exposición laboral al asbesto y a otras sustancias que se demostró que producen cáncer (como el arsénico, el cromo y el níquel) también puede aumentar el riesgo de padecer cáncer de pulmón, sobre todo si eres fumador.
Antecedentes familiares de cáncer de pulmón. Las personas con un padre, hermano o hijo con cáncer de pulmón tienen un mayor riesgo de padecer esta enfermedad.
Complicaciones
El cáncer de pulmón puede causar complicaciones, tales como:
Falta de aire. Las personas con cáncer de pulmón pueden tener falta de aire si el cáncer crece y bloquea las vías respiratorias principales. El cáncer de pulmón también puede provocar que se acumule líquido alrededor de los pulmones, lo que dificulta la expansión total del pulmón afectado al inhalar.
Tos con sangre. El cáncer de pulmón puede provocar sangrado en las vías respiratorias, lo que puede hacer que tosas con sangre (hemoptisis). A veces, el sangrado puede ser intenso. Hay tratamientos disponibles para controlarlo.
Dolor. El cáncer de pulmón avanzado que se disemina al revestimiento del pulmón o a otras zonas del cuerpo, como los huesos, puede provocar dolor. Infórmale al médico si sientes dolor, ya que existen muchos tratamientos disponibles para controlarlo.
Líquido en el tórax (derrame pleural). El cáncer de pulmón puede hacer que se acumule líquido en el espacio que rodea el pulmón afectado en la cavidad torácica (espacio pleural).
La acumulación de líquido en el tórax puede provocar falta de aire. Hay tratamientos disponibles para drenar el líquido del tórax y reducir el riesgo de que vuelva a ocurrir un derrame pleural.
Cáncer que se disemina a otras partes del cuerpo (metástasis). El cáncer de pulmón se suele diseminar (hacer metástasis) a otras partes del cuerpo, como el cerebro y los huesos.
Cuando el cáncer se disemina, puede provocar dolor, náuseas, dolores de cabeza u otros signos y síntomas, en función del órgano que esté afectado. Una vez que el cáncer de pulmón se disemina más allá de los pulmones, en general, no se puede curar. Hay tratamientos disponibles para aliviar los signos y síntomas y prolongar la vida.
Prevención
No existe una forma segura de prevenir el cáncer de pulmón, pero puedes disminuir los riesgos si haces lo siguiente:
No fumes. Si nunca fumaste, no comiences a hacerlo. Habla con tus hijos sobre lo que significa no fumar, así podrán comprender cómo evitar este factor de riesgo importante de cáncer de pulmón. Inicia con anticipación conversaciones con tus hijos sobre los peligros del cigarrillo, para que sepan cómo reaccionar ante la presión de grupo.
Deja de fumar. Deja de fumar ahora. Hacerlo disminuye el riesgo de cáncer de pulmón, incluso si has fumado durante años. Habla con el médico acerca de las estrategias y ayudas para dejar de fumar que te pueden servir para abandonar el hábito. Las opciones comprenden sustitutos de la nicotina, medicamentos y grupos de apoyo.
Evita el humo de segunda mano. Si vives o trabajas con un fumador, insiste en que deje de fumar. O al menos, pídele que fume afuera. Evita los lugares en donde se fuma, como bares y restaurantes, y trata de hallar opciones de salidas sin humo de cigarrillo.
Haz un análisis de radón en tu casa. Haz verificar el nivel de radón en tu casa, sobre todo si vives en una zona donde se sabe que hay problemas con el radón. Los niveles altos de radón se pueden resolver para que tu casa sea más segura. Para obtener información sobre el análisis de radón, comunícate con el departamento local de salud pública o con una delegación local de la American Lung Association (Asociación Americana del Pulmón).
Evita los carcinógenos en el trabajo. Toma medidas para protegerte de la exposición a sustancias químicas tóxicas en el trabajo. Sigue las precauciones de tu empleador. Por ejemplo, si te dan una mascarilla facial para protegerte, úsala siempre. Pregúntale al médico qué más puedes hacer para protegerte en el trabajo. El riesgo de lesión pulmonar por carcinógenos en el lugar de trabajo aumenta si fumas.
Sigue una dieta con muchas frutas y vegetales. Elige una dieta saludable con variedad de frutas y vegetales. Las fuentes alimenticias de vitaminas y nutrientes son las mejores. Evita tomar grandes dosis de vitaminas en pastillas, ya que pueden ser dañinas. Por ejemplo, los investigadores que querían disminuir el riesgo de cáncer de pulmón en fumadores empedernidos les dieron suplementos de betacarotenos. Los resultados revelaron que los suplementos, en realidad, aumentaron el riesgo de cáncer en los fumadores.
Haz ejercicio la mayoría de los días de la semana. Si no haces ejercicio con regularidad, comienza de a poco. Trata de hacer ejercicio la mayoría de los días de la semana.
Ref: https://www.mayoclinic.org